Francisco Javier
Romero Fernández. Delegado de la Campaña Mundial por la Educación
en La Rioja.
La SILLA ROJA es uno de esos aciertos de iniciativa social
que se convierte en todo un símbolo. Es un sencillo objeto que con su presencia
emite dos mensajes: llama la atención sobre una injusta realidad (según datos
de la UNESCO, todavía hay 57 millones de niños y niñas en el mundo sin
escolarizar); y estimula a valorar y aprovechar su puesto escolar a aquellas
personas que disponen de él.
Sí a la educación: Cada Silla Roja es un grito que urge a
hacer efectiva la educación para todos los niños y niñas, frente al abandono
de millones de personas a un destino infrahumano. Los beneficios de la
educación son imprescindibles para el futuro de la humanidad. Pero ¿qué educación
necesita el mundo actual?
Educación de calidad: Según la UNESCO, de todos los menores
del planeta escolarizados en enseñanza primaria, cerca de 200 millones están
recibiendo una educación de baja calidad, como lo indica el hecho de que salen
de la escuela sin apenas saber leer ni escribir.
Educación inclusiva: Hay muchos colectivos excluidos o
marginados por su lengua, su religión, su raza, por tener alguna discapacidad,
por ser refugiados, por ser niñas, etc.
Por eso, será imposible lograr la EDUCACIÓN PARA TODAS LAS
PERSONAS, sin una “EDUCACIÓN INCLUSIVA” que supere todas las barreras, responda
a la diversidad de las personas, sacando partido de ella SUMANDO CAPACIDADES, y
en la que toda persona pueda lograr un desarrollo integral.
Educación gratuita: La educación primaria ha de ser
obligatoria. Y para ello gratuita, única forma de garantizar el acceso de todas
las personas a un puesto escolar.
Educación transformadora: Toda educación es transformadora a
nivel personal. Por ello la educación es necesaria. Cualquier clase de
educación no es suficiente. No basta con una educación que mayoritariamente
sea, intencionalmente o no, un mecanismo de perpetuación de la situación social
actual.
Educación para la justicia y la solidaridad: Datos como que
entre 3.600 millones de personas (la mitad más pobre de la humanidad) poseen
los mismos bienes que las 65 personas más ricas del mundo -según los últimos
datos de la Revista Forbes- hacen evidente la urgente necesidad de un cambio
de rumbo.
Educación para la paz: Un cambio que tiene que ser real,
pero pacífico. Nelson Mandela dijo con acierto que “La educación es el arma
más poderosa para cambiar el mundo”. Malala, la niña pakistaní famosa por su
lucha en defensa del derecho a la educación de las mujeres, dijo en la ONU
“Tomemos nuestros libros y nuestros lápices, son las armas más poderosas que
podemos tener, un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar al
mundo”.
Y cuanto antes: La humanidad precisa urgentemente de una juventud
adherida a la honestidad, buscadora de la justicia y comprometida activamente
con la solidaridad y el medio ambiente. Solo una educación adecuada a tal fin
podrá poner en el mundo sucesivas promociones de personas que construyan
juntas un mundo mejor.
Durante el año 2014, la Silla Roja llega a los Centros
Educativos de La Rioja que desean incorporar este símbolo a su labor
transversal de educación para la solidaridad. 125 centros formativos de 74
poblaciones (a partir del segundo ciclo de educación infantil) la recibirán
entre febrero y noviembre. Todos estos actos, así como la labor de educación
para la solidaridad de los centros riojanos, quedan reflejados en las páginas
del Diario La Rioja.
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